One Way Life

El tiempo, ese astuto ladrón, corre sin pausa y sin aviso, llevándose consigo años que se desvanecen como horas y días que son apenas minutos. Casi sin darme cuenta, ya he vivido casi tres décadas, y te advierto: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.

Ese sentimiento de lejanía y cansancio, esa añoranza por un mundo diferente, que anhelas con toda tu alma cambiar. Tu familia es especial, diferente, siempre estuvo allí, frente a ti, y gracias a ellos has aprendido tantas cosas, has reconocido tantos detalles que te han hecho crecer y cambiar.

Desobedecer para obedecer, crear tu propio imperio, tomar las riendas del destino, dejar plasmado tu camino, declarar que vives lo profético, son todas acciones que te han llevado a ser quien eres hoy. Y, como si fueras un actor interpretando el guion de toda una vida, luchas por desplegar todo tu potencial, sin importar las adversidades que se crucen en tu camino.

Pero no todos tienen la fuerza para despertar su potencial, y la corriente de la vida los arrastra sin remedio, perdiendo su esencia de creador, su cordura y su propia locura. Tú, en cambio, sigues adelante, con esa valentía que solo unos pocos tienen, luchando por tus sueños con la determinación de un verdadero protagonista.