Las apuestas de la vida

Por Brian J Gonzalez Martinez

Fue en un tiempo incierto,

donde la naturaleza era el escenario,

cuando la abeja y la avispa y en una apuesta

se retaron, por el corazón de una flor.

Dos insectos audaces,

lucharon con tesón y valentía,

por el amor de esa flor única y esencial,

que los cautivó con su belleza y poesía.

La abeja, astuta y mañosa,

jugó su carta con habilidad y astucia,

y así, con una jugada valiente,

ganó el corazón de la flor con su sutileza.

Así, con un acto de fuego y pasión,

la abeja dejó su polen en el centro,

y en el seno de la flor,

creció el fruto de un amor intenso.

Así, como el fruto de una flor que brota,

honro la memoria de aquellos que me engendraron,

y en el vuelo de la abeja y la avispa audaz,

veo una lección de un fuego que nunca se apaga.


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