Los hilos que nos tejen

Por Brian J Gonzalez Martinez

Somos estrellas desnudas en la noche, listas para deslumbrar,

mientras nuestras voces resuenan como ecos en el aire.

Somnámbulos con ojos abiertos, olvidamos las raíces de pensar,

y los hilos finos en nuestras manos reflejan quiénes somos en realidad.

Los relojes de la vida tic-toc en unísono perfecto,

como un corazón que late en sincronía con el mundo.

La brisa que mueve los árboles nos refresca del calor,

mientras el viento nos impulsa hacia adelante con su fuerza interior.

Buscando en la oscuridad, ¿qué encontraremos si no pistas de la vida?

Como letras ocultas en un libro o estrellas fugaces en el cielo.

A veces, la verdad duele, pero es mejor que seguir en la mentira,

porque si juzgamos los eventos, el precio que pagamos puede ser muy alto.

Escondidos entre el hielo, el tiempo se derrite como lágrimas saladas,

y cada día es una nueva lección que aprender para crecer.

A veces, la mente es más oscura que la realidad,

y aunque los temas nos abruman, debemos buscar la paz en nuestro interior.

Corremos de la monotonía como hojas que caen del árbol,

y buscamos la raíz de todo lo que nos hace humanos.

Aunque hay temas que se nos olvidan, a veces es mejor dejarlos ir,

para que nuestra mente encuentre su propósito y no se pierda en la oscuridad.

Somos estrellas brillantes, navegando en el mar de la vida,

y aunque a veces nos perdamos, siempre encontraremos nuestro camino.


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